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Con alertas de la Interpol activas en varios países, una millonaria recompensa en vigencia y el radar de la justicia estadounidense sobre él, Adolfo Macías Villamar, alias Fito, se convirtió en el fugitivo más buscado de Ecuador.
La recaptura del cabecilla de Los Choneros ha repercutido no solo dentro, sino fuera del país con Gobiernos y misiones diplomáticas reconociendo los esfuerzos del Gobierno ecuatoriano por atraparlo.
Alias Fito fue hallado este miércoles en Manabí, su provincia de origen. Estaba escondido en un búnker de una casa con lujos en un sector entre Manta y Montecristi.
Este jueves, 26 de junio, el ministro de Defensa, Gian Carlo Loffredo, en la misma casa de Gobierno dijo que se atrapó al “criminal más buscado de todos los tiempos del Ecuador”.
Loffredo expuso que la recaptura fue fruto de largos meses de recolección de datos, intervenciones y esfuerzos del Bloque de Seguridad.
¿Pero por qué alias Fito es considerado el “criminal más buscado de todos los tiempos del Ecuador”?
Fito era la figura más visible que quedaba de Los Choneros, una banda que se inició en Manabí y escaló en dominio hasta convertirse en un grupo de delincuencia organizada.
De Los Choneros se comenzó a hablar incluso antes de que surgieran Los Tiguerones, Los Lobos, Chone Killer, Mafia 18 y otros grupos de delincuencia con células regadas en el país.
Los Choneros no solo son un grupo de delincuencia, sino que su accionar los llevó a establecer nexos con los carteles de droga.
Estados Unidos ha identificado a Los Choneros como un grupo que tiene alianza con el cartel de Sinaloa en México.
Con esos nexos controlaban rutas clave de tráfico de cocaína a través de Ecuador y operaban una red a gran escala responsable del envío y la distribución de toneladas de cocaína desde Sudamérica hasta Estados Unidos y otros lugares.
Por ello, la justicia estadounidense identificó a Fito como un objetivo a procesar. A él le abrieron cargos por conspiración para la distribución internacional de cocaína, distribución internacional de cocaína, uso de armas de fuego para promover el narcotráfico, contrabando de armas de fuego desde Estados Unidos y conspiración para la compra de armas de fuego a través de testaferros.
Con ello, el cabecilla de Los Choneros entró a la lista de los grandes capos del narcotráfico que podrían terminar siendo extraditados como el Chapo Guzmán o el mismo Gato Farfán.
Un historial de delitos y fugas
De alias Fito se viene hablando, al menos, en los últimos 20 años. Cuatro Gobiernos han tenido que lidiar con él y Los Choneros.
Nacido en 1979, alias Fito tenía vigente tres boletas para su detención emitidas por la justicia ecuatoriana.
Fito se fugó en enero de 2024 de la cárcel Regional, en las afueras de Guayaquil, y desde entonces se tejieron diferentes tesis de su paradero. Pero no era la primera vez que escapaba.
Años antes, durante el gobierno de Rafael Correa, se fugó de La Roca, la cárcel de máxima seguridad en la que está ahora.
Dentro del sistema judicial, alias Fito acumula un historial delictivo. En el 2000 registra un caso por robo; en 2010, por tenencia de armas no autorizadas; en 2011, por asesinato; y en 2021, por existencia del delito. En 2024 se le abrió una instrucción por su fuga.
Hasta su escape en enero de 2024, Fito cumplía una condena de 34 años de prisión, impuesta por delitos de narcotráfico, homicidio y delincuencia organizada.
De prosperar su extradición, Fito podría afrontar una condena más dura en territorio estadounidense, donde sus opciones de escapar quedan reducidas ante los rígidos controles en las cárceles de ese país.
El Gobierno de Ecuador ha dado muestras de enviar a Fito a que responda ante la justicia estadounidense. El trámite podría no tener trabas considerando las buenas relaciones que tienen en este momento ambos Gobiernos.
Los males gástricos de Fito
Alias Fito lucha con dolencias gástricas. El cabecilla de Los Choneros tiene un severo problema de gastritis que necesita medicina.
El ministro del Interior, John Reimberg, declaró que el hallazgo de medicina para controlar los males gástricos eran clave en los allanamientos para determinar el rastro del fugitivo.
