El gobierno mexicano acordó el martes, 24 de octubre, el envío de tres centenares de guardias nacionales a un poblado del estado sureño de Guerrero donde fueron acribillados 13 servidores policiales en una emboscada por miembros de grupos delictivos que operan en la zona.
El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, lamentó la masacre ocurrida la víspera en la localidad de El Papayo del municipio de Coyuca de Benítez, ubicada en la región de Costa Grande del estado de Guerrero donde en los últimos meses se han producido asesinatos de civiles y policías atribuidos a grupos delictivos y cárteles del narcotráfico que operan en esa zona.
“Prácticamente una emboscada a policías en Coyuca”, dijo el mandatario en su conferencia matutina al referirse brevemente al ataque.
López Obrador informó que tras los hechos se ordenó el despliegue de alrededor de 300 elementos de la Guardia Nacional para reforzar la seguridad en la zona.
La Fiscalía General de Guerrero avanzaba el martes las investigaciones en El Papayo donde la víspera fueron emboscados en medio de una carretera federal el secretario de Seguridad de Coyuca de Benítez y 12 policías municipales.
Medios locales reportaron que los cuerpos de algunos de los policías fueron localizados esposados boca abajo sobre un montículo de tierra, lo que hace presumir que fueron ejecutados tras la emboscada. En los hechos resultaron heridas dos personas.
De acuerdo con cifras de la organización civil local Causa Común —que investiga e impulsa políticas públicas en materia de seguridad— en lo que va del año han sido asesinados en México 341 policías. En 2022 se habían reportado al menos 403 policías asesinados.