El presidente de Colombia, Gustavo Petro, encendió el debate político regional al afirmar que el mandatario venezolano, Nicolás Maduro, es un “dictador”, aunque sostuvo que no existe evidencia que lo relacione con el narcotráfico, como ha señalado reiteradamente el Gobierno de Estados Unidos.
“Maduro es dictador por concentrar poderes, pero no hay ninguna evidencia en Colombia de que sea narco. Esa es una narrativa de los EEUU.”, expresó Petro en su cuenta de X, en respuesta a la periodista Ángela Patricia Janiot, quien cuestionó su postura frente al líder venezolano al compararla con su crítica a José Antonio Kast, presidente electo de Chile.
Las declaraciones de Petro contrastan con las acusaciones impulsadas durante la administración del expresidente estadounidense Donald Trump, que señaló a Maduro como el principal dirigente del denominado Cartel de los Soles, calificado en Washington como organización terrorista. Caracas, por su parte, ha rechazado de forma categórica tales acusaciones.
El jefe de Estado colombiano, considerado aliado político de Maduro, ha impulsado recientemente la propuesta de un “gobierno de transición compartido” en Venezuela como salida a la crisis institucional y para evitar una intervención extranjera. La iniciativa se planteó en medio de tensiones crecientes tras el despliegue aeronaval de Estados Unidos en el mar Caribe bajo el argumento de combatir el narcotráfico.
En paralelo, Petro mantiene una confrontación discursiva con José Antonio Kast, a quien ha catalogado como “nazi” y “fascista”. Sus declaraciones generaron una reacción formal del gobierno de Chile, liderado por Gabriel Boric, aunque el mandatario colombiano ha sostenido su postura y reavivado la polémica al reiterar sus calificativos sobre la ultraderecha chilena.
Con estas declaraciones, Petro profundiza la disputa narrativa en Latinoamérica, tensiona las relaciones diplomáticas y abre un nuevo capítulo en la discusión sobre autoritarismo, narcotráfico y polarización política en la región.
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