Independiente del Valle tuvo una mala noche y perdió 1-0 en su visita al Deportivo Pereira de Colombia en el duelo de ida por los octavos de final de la Copa Libertadores, pero la llave quedó abierta para el duelo de revancha de la próxima semana en Quito.
El responsable, para bien y para mal, fue el arquero ecuatoriano Moisés Ramírez, monumental cuando cumplió su oficio bajo los tres postes, fatal cuando intentó convertirse en un defensor más.
El primer aviso lo dio el Pereira a los 5 minutos cuando Jhonny Vásquez robó un balón en el medio campo a Jordy Alcívar e intentó sorprender de larga distancia al arquero Moisés Ramírez, que fue abucheado por la afición local, porque tomó como burla que saliera a jugar lejos de su arco, casi hasta la mitad de la cancha, metido entre la línea defensiva.
Dos minutos después, Arley Rodríguez se adueñó de un balón tras un desentendimiento de la zaga visitante en un saque lateral y remató al andar, más de cerca, pero otra vez el arquero de Independiente salvó a su equipo.
En el complemento Independiente intentó sorprender desde el inicio. Apenas se jugaban dos minutos desde el reinicio cuando Angulo perdió un balón que le quedó a Junior Sornoza y este colocó un pase preciso para Lautaro Díaz. El argentino encaró al arquero, sacó un remate cruzado, pero con falta de dirección. Era la más clara para el cuadro ecuatoriano.
La llave queda abierta gracias a Moisés Ramírez: de no ser por sus virtudes en el arco, el Pereira hubiese logrado una amplia ventaja; y de no ser por el defecto de creerse un defensor más, quizá el partido quedaba 0-0.
El juego de revancha se disputará en Quito el próximo miércoles, 9 de agosto. El ganador de esta llave se enfrentará en los cuartos de final contra el vencedor de la serie entre los brasileños Palmeiras y Atlético Mineiro.