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La Penitenciaría del Litoral, considerada uno de los centros de reclusión más peligrosos del país, volvió a registrar un hecho alarmante el martes 2 de diciembre de 2025: cinco internos fallecieron en un solo día en los pabellones 1 y 3 del complejo penitenciario.
Los reclusos tenían 20, 24, 29, 30 y 34 años de edad, y de acuerdo con el reporte preliminar, ninguno presentaba signos de violencia. Los cuerpos fueron encontrados tendidos boca arriba dentro de sus celdas, en medio de condiciones que han sido denunciadas previamente por organismos de derechos humanos.
El personal del Servicio Nacional de Atención a Personas Privadas de Libertad (SNAI) notificó a la Policía Nacional para el levantamiento de los cadáveres y el inicio de las investigaciones correspondientes. Las causas de los decesos aún no han sido determinadas oficialmente.
Una crisis que se agrava
Estas muertes se suman a los siete fallecimientos registrados entre el 27 y el 30 de noviembre en la misma Penitenciaría. En total, 12 internos han perdido la vida en apenas seis días, lo que ha encendido nuevas alertas sobre la situación sanitaria dentro del reclusorio.
Organismos de Derechos Humanos, la Defensoría del Pueblo, familiares de personas privadas de libertad y organizaciones civiles han advertido reiteradamente sobre el avance de la tuberculosis, la falta de atención médica oportuna y los graves cuadros de desnutrición que enfrentan muchos reclusos.
Incluso, en varios de los cuerpos encontrados sin signos de violencia se han evidenciado síntomas de extrema desnutrición, lo que alimenta el debate sobre las condiciones de encierro y la responsabilidad estatal en la protección de la vida de los privados de libertad.
Un sistema penitenciario en colapso
La Penitenciaría del Litoral ha sido escenario, durante años, de enfrentamientos armados, masacres, hacinamiento crítico y fallas estructurales en seguridad y salud. La crisis sanitaria se suma ahora como un nuevo componente que agrava la vulnerabilidad de la población carcelaria.
Las investigaciones buscarán determinar si estas muertes están asociadas a la tuberculosis, la desnutrición severa, falta de tratamiento médico o a otros factores internos, en medio de un sistema penitenciario que sigue bajo fuerte cuestionamiento nacional e internacional.
