Los sindicatos agrupados en el Frente Unitario de Trabajadores (FUT) rechazan el alza de $ 10 que fijó el Gobierno, a través del Ministerio del Trabajo, para el salario básico de 2025, con lo cual esa remuneración será de $ 470 a partir del 1 de enero. Las organizaciones consideran que el incremento salarial “es una limosna”.
El incremento de diez dólares equivale a un aumento de cuatro centavos por cada hora de trabajo, aseguró José Villavicencio, presidente del FUT. “Condenamos esta insólita fijación salarial para 2025. No puede ser posible que en una situación de crisis económica, en una recesión económica, el Gobierno fije 10 dólares para el salario del 2025. Si dividimos 10 dólares para 30 días (del mes), dan 33 centavos diarios. Si esto lo dividimos para 8, obviamente que son las ocho horas diarias de trabajo, (dan como resultado) cuatro centavos. Inaceptable. Limosna para el pueblo ecuatoriano, que generamos la riqueza para este país”, reprochó.
Para los dirigentes el FUT, “hubo un acuerdo” entre el Ministerio del Trabajo y los empresarios para determinar el alza salarial. Señalaron que los grandes grupos económicos y la industrial del país han tenido “jugosas utilidades”.
Villavicencio criticó que no se haya acogido la propuesta que los delegados del Frente Unitario plantearon en el Consejo Nacional de Trabajo y Salarios (CNTS), para que el salario básico suba $ 102 y se ubique en $ 562, con lo que se cubriría el costo de la canasta básica vital.
En ese sentido, señaló que la Constitución manda que “el salario tiene que ser de carácter progresivo hasta cubrir el costo de la canasta básica familiar”, lo cual no se está cumpliendo y tampoco se han tomado en cuenta el alto costo de la vida, el impacto del aumento del impuesto al valor agregado (IVA).
“Hay que decirlo con firmeza: un gobierno miserable que fija 10 dólares a quienes generamos la riqueza, mientras él se opone a pagar 99 millones de dólares que tiene como obligación al tema del SRI. Y tampoco ha hecho nada para cobrar a los evasores de impuestos o cobrar esa deuda firme de más de 2.700 millones de dólares que deben los grandes grupos económicos de este país, que se han beneficiado de sus políticas”, arremetió el presidente del FUT.
Por su parte, Marcela Arellano, presidenta de la Confederación Ecuatoriana de Organizaciones Sindicales Libres (Ceosl), quien integra el Consejo de Trabajo como representante de los trabajadores, comentó que el incremento salarial del Gobierno es “pírrico”, que no reduce la brecha entre el salario básico y el costo de la canasta básica familiar que supera los $ 800.
La dirigente afirmó que los trabajadores en Ecuador laboran alrededor de 14.000 millones de horas en el año, pero el salario mínimo sigue sin ser suficiente para cubrir la canasta familiar. “O sea, no importa que trabajemos, no importa la cantidad de horas que trabajemos, seguimos pobres. Y la responsabilidad es precisamente del Gobierno, porque no ha permitido construir una política pública que asegure primero el incremento general de salarios”, expresó Arellano y apuntó que en más de 12 años no ha habido un alza generalizada de los salarios.
Indicó que las cifras oficiales del Gobierno exponen que las exportaciones han crecido un 8 % y que las ventas también han aumentado, a pesar de las crisis de inseguridad y energía, lo cual justifica que se puede elevar más el salario básico.
“Lamentablemente, ese crecimiento se lo quedan las grandes empresas. El Gobierno ofrece a la inversión internacional y a la inversión nacional trabajo barato. Y el trabajo barato no posibilita el desarrollo de la sociedad, ni siquiera la posibilidad de sostener a las pequeñas y medianas empresas”, reflexionó la vocera.
Los líderes sindicalistas anunciaron que el 11 de enero el Frente Unitario llevará a cabo una convención nacional, en Quito, para decidir qué acciones jurídicas se emprenderán dentro y fuera del país en torno a la política salarial. También resolverán qué medidas adoptarán en contra del Gobierno.