La generación eléctrica producida en Ecuador se desplomó cerca de las 01:20, resultando así en apagones no programados a escala nacional con duración mayor a cuatro horas en varias ciudades, la madrugada de este sábado 21 de diciembre.
Así lo demuestran cifras del Operador Nacional de Energía (Cenace), que en su cuadro de curva de generación señala que hasta las 01:00 todo el país estaba demandando cerca de 3 400 MW, pero a la siguiente hora esta cifra cayó a 500 MW, produciéndose una reducción del 85 %, un descenso similar al «blackout» del pasado 19 de junio.
De acuerdo al Gobierno, este fenómeno ocurrió por la desconexión de la línea de transmisión Quevedo-Santo Domingo, lo cual activó la protección sistemática del Sistema Eléctrico, que tuvo como consecuencia la desconexión de toda la infraestructura del sistema nacional.
Esto significó que no se podía operar la energía que proviene tanto de las hidroeléctricas y la importada desde Colombia, solo quedando vigente la generada por medio de las termoeléctricas.
Un ejemplo de ello es la energía producida por el complejo hidroeléctrico Paute y la hidroeléctrica Minas San Francisco (que pertenecen a Celec Sur, que entre las 02:00 y las 05:00, solo produjeron 47MW.
Aún el Ministerio de Energía y Minas no ha explicado qué provocó la salida de la línea de transmisión Quevedo-Santo Domingo. Horas antes, entre las 20:30 y las 21:10, la línea Chorrillos-Tisaleo había sido afectada por intensas lluvias, lo cual resultó en apagones en varios sectores de Guayaquil y zonas aledañas.
A partir de las 03:00, la energía empezó a regresar en ciudades como Quito y Riobamba, cerca de las 04:20 ocurrió lo mismo en Guayaquil, Daule y Samborondón, y alrededor de las 05:30 la electricidad retornó a cantones de El Oro. Sin embargo, en cantones de Loja y Los Ríos usuarios reportaron que la energía no se restituía hasta las 07:30.
Según Transelectric, la unidad de Celec encargada de la transmisión de energía, restablecieron el sistema eléctrico a las 05:15.
El 19 de junio pasado, la caída de la línea de transmisión Milagro-Zhoray a las 15:17 provocó un apagón a escala nacional. Roberto Luque, entonces ministro de Energía encargada, explicó que se trató de un «blackout», generándose un efecto en cadena de desconexión en todo Ecuador.
En el cuadro compartido por la autoridad, se observó que pasada las 15:00 la energía pasó de 4 100 MW a por debajo de los 400 MW. La energía pudo restablecerse en su mayoría pasadas las 19:00, lo que significó que el reinicio del sistema tomó al menos cuatro horas.
Este último apagón no programado se produce un día después de anunciarse el fin de los racionamientos de energía ante la crisis.
El Gobierno había prometido que la mejora de la situación climatológica, la compra de energía a Colombia, la recuperación de termoeléctricas y la adquisición de nueva energía ya no se iría la luz en la residencia de los ecuatorianos.
