Ozzy Osbourne se salió con la suya, con el homenaje que se merecía, hace solo 17 días, el pasado 5 de julio en su ciudad, Birmingham (Inglaterra).
Allí voceó sus últimos gruñidos con los compañeros de su gran banda, Black Sabbath, y con la canción bandera del cuarteto que fundó el heavy metal, Paranoid.
Ese concierto, al que se presentó en un trono de murciélago, ha resultado la última presencia en público del Príncipe de las Tinieblas.
Hoy martes, su familia ha comunicado que el carismático músico ha fallecido a los 76 años: “Con una tristeza indescriptible, informamos del fallecimiento de nuestro querido Ozzy Osbourne esta mañana. Estaba con su familia, rodeado de mucho cariño.
Pedimos a todos que respeten la privacidad de nuestra familia en estos momentos”.