La esperanza de restablecer la conexión vial entre las provincias de El Oro y Azuay toma forma. A la altura del puente Molopongo, el esqueleto metálico de un puente Bailey se alza como la solución provisional y urgente a una interrupción que ha golpeado la economía y la vida diaria de miles de ciudadanos.
Los trabajos avanzan con celeridad para la instalación de esta estructura temporal, dispuesta por el Ministerio de Infraestructura y Transporte (MIT) tras la serie de explosiones registradas hace más de una semana. Aquellos atentados dejaron inhabilitado el puente original, cuyas bases sufrieron graves daños estructurales.
La buena noticia, que muchos esperan, podría llegar tan pronto como mañana, viernes 24 de octubre. Técnicos en el lugar indicaron que, dependiendo del avance en los ajustes finales, el paso podría quedar habilitado para el tránsito vehicular.
El ministro Roberto Luque ha enfatizado que la habilitación de este paso es una «prioridad nacional», reconociendo la severa afectación al flujo de transporte y comercio entre ambas provincias.
El puente Bailey permitirá el cruce de vehículos livianos y buses, con un límite de carga aproximado de 48 toneladas, una capacidad que aliviará considerablemente la crisis de movilidad, mientras se define la reparación o reemplazo definitivo de la estructura principal.