En el barrio Las Malvinas, popular sector del sur de Guayaquil, los vecinos y allegados de los cuatro menores desaparecidos mantienen las esperanzas de su retorno a casa.
El pasado 8 de diciembre, en medio de una acción militar, Israel, Steven, Saúl y Josué, de 11 a 15 años, fueron abordados por militares que los llevaron retenidos en una camioneta en la av. 25 de Julio y luego los dejaron en Taura. Desde ese punto se perdió su rastro.
Ese día, los menores habían culminado de jugar un encuentro de fútbol y se movilizaron a una panadería cercana a un centro comercial de esa misma arteria vial.
Desde ese punto de la vía para llegar al barrio de Las Malvinas se debe avanzar unos diez minutos, en una distancia de un kilómetro y medio. En ese sector hay calles estrechas de asfalto con viviendas de clase baja y media, que han ido acomodándose con mejoras.
En una de esas casas de cemento, la abuela del menor Steven, de 11 años, expuso que él era estudioso y cada tarde se movilizaba a la Coviem, una ciudadela aledaña a Las Malvinas , para entrenar en una escuela deportiva situada sobre la vía Perimetral.
El lunes 23, ella estuvo angustiada por los videos que circulaban sobre la captura de militares a los cuatro menores y la aparición de cuatro cuerpos en un estanque de la vía a la costa, aunque por esto último trascendió que los cuerpos corresponderían a personas adultas y no a los adolescentes.
“Gracias a Dios, tenemos la fe de que sí van a aparecer sanos y salvos”, dijo ella mientras se tomaba la cara para calmarse.
Ella recordó que a diario le preparaba su desayuno a Steven para cumplir sus tareas académicas y actividades de fútbol. “Era el engreído de casa. Su sueño era ser jugador profesional”, citó.
Ese mismo día, más temprano, un plantón convocó a unas 300 personas entre allegados, familiares y organizaciones sociales para pedir que las indagaciones esclarezcan el caso.
Ahí, José, instructor, refirió que a Ismael y Josué, de 15 y 14 años, los habían visto crecer en el barrio y asistían a la escuela y práctica deportiva.
“Muchachos tranquilos, amables del barrio. Nadie le va a hablar mal de los chicos. No salían de la casa. No sé por qué los involucran en que han robado”, dijo el instructor.
Otro allegado, Juan, detalló que los menores se criaban en el sector, se la pasaban jugando pelota y no tienen que ver “con cosas malas”.
Asimismo, una conocida de los familiares, Liz, manifestó su indignación sobre las presuntas agresiones que los menores recibieron en el momento de la aprehensión y que se evidencian en videos viralizados.
“Estamos descontentos porque no los vemos. Son como nuestra familia. Uno que se desaparezca, uno se empieza a preocupar. Queremos que aparezcan, los lleven donde los cogieron y nos digan: ‘Ahí están’. Ninguno es delincuente como dice el ministro (de Defensa)”, dijo otro allegado.
El principal del Ministerio de Defensa, Gian Carlo Loffredo, dijo que los menores habrían sido retenidos por un presunto robo. Personal de protección de derechos humanos sostuvo que cualquier antecedente, sea cual sea, se traduce en una ‘desaparición forzada’.