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Las Fuerzas Armadas destruyen un laboratorio de droga en la frontera con Colombia

Las Fuerzas Armadas ecuatorianas encontraron y destruyeron un laboratorio de procesamiento de droga en Tobar Donoso, Carchi, cerca de la frontera con Colombia.

Los uniformados detectaron la existencia del campamento ilegal usando un helicóptero y otras tecnologías de geolocalización de este tipo de actividades ilícitas.

En la operación, se encontraron 12 hornos microondas; dos congeladores e igual número de alimentadoras, radios de intercomunicación y seis balanzas digitales que eran usadas por las personas que operaban en el laboratorio.

Según labores de inteligencia, esta ‘cocina’ de droga tenía la capacidad de producir, al menos media tonelada de sustancias ilícitas por semana. Se presume que a este laboratorio destruido estaban vinculadas unas 50 personas.

También, se encontraron en las improvisadas carpas dos cocinas industriales; 110 galones de combustible; igual número de galones de acetona; municiones calibre 7,62 mm y un área que era usada como una zona para descanso.

Esta no es la primera vez que se hace un hallazgo de este tipo en esta zona, especialmente en el sector conocido como la Tarabita. En octubre de 2020, un operativo conjunto entre fuerzas del orden de Ecuador y Colombia permitió la detección y posterior destrucción de un laboratorio que podía procesar hasta cuatro toneladas de alcaloides al mes.

Las investigaciones de ambos países ubicaron al Grupo Armado Organizado Residual (GAOR) Oliver Sinisterra como el propietario del gigantesco laboratorio que procesaba, especialmente, cocaína.

A finales del mes pasado, durante un patrullaje de rutina de vigilancia en la frontera con Colombia, soldados ecuatorianos ubicaron un cristalizadero de droga que se presume también era operado por grupos irregulares, específicamente la columna móvil Uriel Rondón y al igual que el encontrado durante el fin de semana, tenía una capacidad de producción de una media tonelada de droga por semana.

Esta zona es de difícil acceso y sus pobladores recorren largos caminos para ingresar e intentar transportar víveres y vituallas. Del lado colombiano, hay enfrentamientos entre las disidencias de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y bandas delictivas que se disputan el dominio de la zona debido a las amplias plantaciones de coca.

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