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La cárcel de La Roca, ubicada junto al río Daule y próxima a la Penitenciaría del Litoral, fue concebida como un centro de máxima seguridad. Sin embargo, con el paso de los años, sus vulnerabilidades quedaron en evidencia, incluso con la fuga de Adolfo Macías, alias “Fito”, líder de Los Choneros.
Pese a sus deficiencias, La Roca era considerada más segura que otros centros penitenciarios del país. Allí estuvieron recluidos Carlos Angulo, procesado por el asesinato de Fernando Villavicencio; el exvicepresidente Jorge Glas; el exasambleísta Pablo Muentes; y cabecillas de bandas criminales como alias “Fede” y “El Tunco”.
Tras la apertura de la Cárcel del Encuentro, en Santa Elena, el Gobierno trasladó a todos los internos de La Roca, incluido el exvicepresidente Jorge Glas y cabecillas de bandas criminales.
En sus instalaciones se detectaron varios incidentes: ingreso de objetos prohibidos, como en el caso de Daniel Salcedo y Carlos Angulo, e incluso un dron que aterrizó en el techo del penal en septiembre de 2024, el cual tuvo que ser detonado por las autoridades.
Con la habilitación de la nueva Cárcel del Encuentro, en el sur de Santa Elena, el Gobierno decidió trasladar a todos los internos de La Roca, entre ellos a los implicados en actos de corrupción y a líderes delictivos.
El ministro del Interior, John Reimberg, aclaró que La Roca no será cerrada definitivamente, sino que pasará a ser un centro de mediana seguridad, luego de un proceso de readecuación.
“Va a quedar con un estatus de seguridad media, que es hasta donde debió haber llegado realmente. Fue mal catalogada como una cárcel de máxima seguridad. Lo que tiene son celdas independientes, que eso es lo único por lo cual la catalogaban así”, explicó Reimberg.
El funcionario añadió que se realizarán cambios estructurales para evitar futuras fugas o daños en las paredes.
“Vamos a reforzar la infraestructura para impedir que los nuevos internos puedan hacer huecos o conexiones ilegales dentro del penal”, puntualizó.
