La plaga del moko se ha convertido en una de las principales amenazas para las plantaciones de plátano verde en Ecuador. Además del daño a la producción, esta bacteria ha provocado un incremento sostenido en el precio del producto, afectando tanto al mercado nacional como a los exportadores.
Según datos oficiales de la Agencia de Regulación y Control Fito y Zoosanitario (Agrocalidad), actualmente existen cerca de 500 hectáreas comprometidas por esta enfermedad, distribuidas en 205 fincas de 15 provincias del país.
Las zonas con mayor afectación son Manabí y Santo Domingo de los Tsáchilas, especialmente sectores como El Carmen, cantón manabita donde se concentra gran parte de la producción nacional de plátano.
Sin embargo, para los productores la situación es más grave. Rafael Torres, presidente de la Federación Nacional de Productores de Plátanos, estima que el moko ya ha afectado más de 10 000 hectáreas y a unos 2 500 productores.
El moko es una enfermedad bacteriana que marchita y mata la planta de plátano, contaminando además el suelo, lo que dificulta su recuperación. Su propagación acelerada preocupa a los agricultores, quienes aseguran que las acciones estatales son insuficientes frente al avance de la plaga.
Frente a la emergencia, Agrocalidad afirma haber desplegado 400 técnicos en campo, con tareas de vigilancia en fincas pequeñas de hasta dos hectáreas. También aseguran que se está utilizando tecnología con drones e inteligencia artificial para identificar nuevos brotes, y se ha capacitado a más de 5 000 productores en protocolos de bioseguridad.
«Llegan con un 50 % a 55 % de conocimiento y se van de la estación con un 90 % a 95 % de conocimiento en las medidas de bioseguridad. Científicamente se ha comprobado que la bacteria, cuando se hace el proceso de erradicación adecuadamente ya se inactiva completamente y la gente puede volver a sembrar», explica Larry Rivera, coordinador de Agrocalidad
No obstante, desde el gremio productor se cuestiona la cobertura real de estas acciones. Aseguran que en muchas zonas rurales el acceso a estas tecnologías es limitado y que solo el 5 % de los pequeños productores aplica medidas de bioseguridad de forma eficiente.
El efecto de esta crisis ya se refleja en los mercados. Los productores atribuyen el alza en el precio del plátano verde principalmente a la propagación del moko y a las fuertes lluvias del último invierno.
Agrocalidad, en cambio, sostiene que también influye un cambio en el uso de suelo: al menos 10 000 hectáreas que antes se destinaban al cultivo de verde ahora han sido transformadas para sembrar cacao, lo que también ha reducido la oferta.