Un sobrevuelo sobre Taisha, en Morona Santiago, capta la alarmante problemática: destrucción de los bosques y contaminación de ríos debido a la minería ilegal.
Una franja de lodo y la devastación creada por maquinaria introducida para explotar ilegalmente, a cielo abierto y a gran escala los recursos minerales. Aún no se sabe como estas grandes máquinas llegan sin permiso a instalarse en los sectores más recónditos.
En Morona hay un consejo defensor de derechos humanos y de la naturaleza que lo preside Olger Iñiguez, quien por sus recorridos estima que unas 50 hectáreas de selva han sido devastadas a vista y paciencia de las autoridades locales y nacionales.
«50 hectáreas de las que son visibles, de ahí hay mucho más, porque hay maquinaria que entra a donde no es visible. Abren caminos y entran a a la minería ilegal», señala Iñiguez.
En Morona Santiago no hay concesiones mineras del Estado, por tanto, todo es invasión. Esta provincia esta entre las siete de la franja roja por el acelerado avance extractivo con violencia que afecta a 200 comunidades indígenas ubicadas al borde de Los Ríos.
Según la Agencia de Regulación y Control Minero (ARCOM), en Morona Santiago están identificados los puntos:
El Tink y San Marcos en el cantón San Juan Bosco
San Jose de Piunts, San Luis, Asaho, Río Blanco, Río León Urco en el cantón Gualaquiza
Vía Plan de Milagro y Tinajillas, en Limón Indanza
Los defensores ambientales dicen que la expansión es cada vez mayor.
«A vista y paciencia de nuestras autoridades locales, porque nosotros tenemos autoridades que son representantes del gobierno, pero son oídos sordos, ojos ciegos y bocas mudas», indica Iñiguez.
La agrupación delictiva Los Choneros es la que opera en esta provincia amazónica, según se identifica en el Decreto Ejecutivo 493 del 2 de enero de este año.
Los habitantes de esta provincia dicen que hace seis meses ha llegado gente desconocida a los cantones relacionada a la actividad minera ilegal.