Los cortes de energía no llegaron solos, estuvieron acompañados de eufemismos técnicos que buscaban bajarle el perfil a la crisis o para responsabilizar a otros.
Por ejemplo, en marzo se trataba de justificarlos bajo la denominación de desconexiones temporales por mantenimientos emergentes. Se trabajó en posicionar la teoría del sabotaje, que alguien abrió las compuertas de un embalse que no las tiene.
Más allá de esos intentos, lo que llamaba la atención es que en enero la Asamblea le había aprobado al Gobierno la Ley No Más Apagones que según el régimen garantizaría el suministro de energía eléctrica a la ciudadanía, pero los cortes llegaron.
En el escenario de la política, los apagones terminaron costándole el puesto a la ministra de Energía Andrea Arrobo más un juicio por sabotaje y traición a la patria.
La reemplazó temporalmente el ministro de Obras Públicas, Roberto Luque, luego llegó Antonio Gonçalves como titular pero solo duró tres meses y otra vez el encargo, pero ahora a la ministra de Ambiente, Inés Manzano.
Y hubo víctimas colaterales en otras carteras de Estado, Sonsoles García dejó el Ministerio de la Producción después de comunicar la decisión de dejar sin energía 10 horas por día a las industrias. Dijo que su renuncia fue por motivos personales.
Al Gobierno le costaba admitir la realidad, el propio Presidente reconoció que peleaba con los técnicos cuando le decían que debían incrementarse los cortes para preservar los embalses. La realidad terminó ganando y con el paso de los meses los cortes de cuatro horas diarias llegaron hasta 14.
En la mitad, se declaró la emergencia eléctrica, se gestionó la compra de energía térmica y se apuntó a la recuperación de la hidroeléctrica Toachi Pilatón. No todo salió bien porque lo adquirido no termina de llegar y lo que ha llegado no genera nada todavía.
El presidente Noboa evitó gestionar ante la ciudadanía la crisis energética, fueron los ministros los encargados de dar la cara, pero hubo preocupación en Carondelet porque hubo una consulta popular a pocos días de iniciados los racionamientos, porque no se tiene claro todavía el costo político que tendrán los racionamientos en las elecciones del próximo año.
A manera de compensación el Gobierno anunció una condonación a los consumos de hasta 180 kilovatios hora y después amplió el periodo de aplicación. Ahora solo hay sonrisas en el Gobierno porque se ha logrado cumplir con el anuncio de que los apagones terminarían el 20 de diciembre, las condiciones climáticas lo permitieron, el problema es que no se sabe con certeza hasta cuándo.