El potente terremoto que sacudió el este de Afganistán el fin de semana dejó más de 1 400 muertos y 3 000 heridos, según un nuevo balance de las autoridades publicado el 2 de septiembre. Con estas cifras, el evento se convierte en uno de los sismos más mortíferos en el país en décadas.
El número de víctimas creció aceleradamente desde el temblor de magnitud 6, ocurrido alrededor de la medianoche del domingo 31 de agosto, en zonas remotas de las provincias montañosas de Nangarhar, Kunar y Laghman, en la frontera con Pakistán.
El portavoz del gobierno talibán, Zabihullah Mujahid, dijo el martes 2 de septiembre que solo en Kunar, la zona más afectada, fallecieron 1 411 personas y 3 124 resultaron heridas.
Al menos 10 personas murieron y cientos más resultaron heridas en la vecina Nangarhar.
Los equipos de rescate seguían buscando desesperadamente a sobrevivientes entre los escombros de las más de 5 000 casas derrumbadas.
Las «operaciones de emergencia continuaron durante toda la noche», dijo a la AFP el jefe de la autoridad de gestión de desastres de Kunar, Ehsanullah Ehsan.
Al menos cinco réplicas del terremoto
Los efectos del terremoto, seguido de al menos cinco réplicas, podrían afectar a «cientos de miles» de personas, alertó Indrika Ratwatte, coordinador humanitario de Naciones Unidas en Afganistán. «No hay duda de que el número de víctimas va a ser bastante exponencial».
Habitantes de algunas poblaciones se unieron a los esfuerzos de rescate, utilizando sus manos para retirar los escombros de las casas de barro y piedra construidas en valles escarpados.
Obaidullah Stoman, de 26 años, que fue a la aldea de Wadir para buscar a un amigo, quedó abrumado por el nivel de destrucción.
«Le estoy buscando, pero no lo he visto. Me ha resultado muy difícil ver las condiciones que hay», dijo a la AFP.
En otros lugares, las familias enterraron los cadáveres, algunos de niños, envueltos en sudarios blancos, siguiendo el rito musulmán.
La región de Laghman también cuenta decenas de heridos, indicó el portavoz talibán.
Casas de adobe son más vulnerables a derrumbes
El epicentro del terremoto se localizó a 27 kilómetros de Jalalabad, la capital de la provincia de Nangarhar, y a solo 8 km de profundidad.
Los terremotos cerca de la superficie pueden causar más daños, sobre todo porque la mayoría de los afganos vive en casas de adobe, vulnerables al derrumbe.
Ante la tragedia, el fondo mundial de intervención de emergencia de la ONU movilizará una ayuda de USD 5 millones, informó el 1 de septiembre el secretario general de Naciones Unidas, António Guterres.