Restaurada totalmente tras el dramático incendio de abril de 2019, la catedral de Notre Dame de París vuelve a abrir este sábado 7 de diciembre sus puertas al mundo, con la presencia de unos 40 dirigentes mundiales.
Entre los invitados figuran el presidente electo estadounidense Donald Trump, que aterrizó en la capital francesa este sábado temprano, y el mandatario ucraniano, Volodimir Zelenski, que llegó horas después.
Ambos podrían reunirse, en su primer encuentro desde la victoria electoral de Trump a principios de noviembre.
También asistirán al evento el príncipe Guillermo, el príncipe Alberto de Mónaco, el presidente alemán Frank-Walter Steinmeier y la primera dama estadounidense, Jill Biden.
Fuentes francesas anunciaron que el multimillonario y propietario de la red social X, Elon Musk, un aliado de Trump, también estará presente en los actos.
Todos serán recibidos por el presidente francés, Emmanuel Macron, que puso en la reconstrucción de Notre Dame todo su empeño personal, aunque la inauguración se da finalmente en un momento en el cual está confrontado a una grave crisis política.
El papa Francisco estará ausente, aunque se leerá un mensaje suyo en la apertura de las ceremonias. El sumo pontífice considera que «hay lugares donde es más necesario que vaya a aportar consuelo», explicó el arzobispo de París a la agencia de noticias AFP.
Francisco participará dentro de unos diez días en un congreso religioso en la isla francesa de Córcega.
La completa renovación del templo ha costado unos 770 millones de dólares, sufragados con las masivas donaciones provenientes del mundo entero, en particular de Estados Unidos.
«Es magnífico y también muy personal para mí. Y me parece fantástico que (Trump) esté aquí, y todos esos dignatarios», declaró a AFP Joe, de 65 años, un visitante proveniente de Filadelfia.
Noëlle Alexandria, una turista canadiense, contó que estaba en los alrededores de la catedral desde el alba y que tenía la intención de «quedarse ahí» el tiempo que fuera posible.
Las condiciones meteorológicas obligaron a suspender los actos iniciales en la plaza ante la fachada de la catedral, y los cerca de 1 500 invitados asistirán a las celebraciones dentro del templo.
Un espectáculo musical con estrellas francesas e internacionales fue grabado finalmente el viernes, y será retransmitido tras la ceremonia.