Kamala Harris aceptó oficialmente la nominación presidencial del Partido Demócrata durante la convención nacional celebrada el 22 de agosto en el United Center de Chicago. En su discurso, prometió un enfoque basado en la defensa de los valores democráticos y los derechos humanos.
Harris criticó la postura de Trump en política exterior, afirmando que no será “amigable con tiranos y dictadores como Kim Jong-un”. También reafirmó su apoyo a Ucrania y su compromiso con las alianzas internacionales, especialmente con la OTAN, destacando la importancia de mantener la estabilidad en Europa.
El conflicto en Gaza fue otro tema central en su discurso. Harris expresó su respaldo al derecho de Israel a defenderse, reconociendo al mismo tiempo la gravedad de la crisis humanitaria en la región.