La inflamación es una respuesta natural del cuerpo a la infección o lesión, pero cuando se vuelve crónica puede causar una serie de enfermedades, incluyendo cardiopatías, accidentes cerebrovasculares, cáncer y diabetes.
De hecho, más del 50% de las muertes en el mundo se atribuyen a enfermedades inflamatorias, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Los síntomas de la inflamación pueden incluir dolor, enrojecimiento, hinchazón y fatiga. Sin embargo, cuando se vuelve crónica, estos pueden ser más sutiles y tardar mucho tiempo en aparecer.
La inflamación crónica puede ser causada por una serie de factores, incluyendo una mala alimentación, el sedentarismo, el estrés y el tabaquismo.
Para reducir el riesgo de inflamación crónica, los expertos recomiendan cambios en la dieta y el estilo de vida.
Entre las recomendaciones se incluyen:
Consumir una dieta rica en frutas, verduras, cereales integrales y legumbres.
Limitar el consumo de alimentos procesados, azúcares y grasas saturadas.
Realizar al menos 30 minutos de actividad física moderada la mayoría de los días de la semana.
Dormir lo suficiente, al menos 7-8 horas por noche.
Además, los alimentos con propiedades antiinflamatorias pueden ayudar a reducir la inflamación crónica.
Una investigación colaborativa entre universidades alemanas y españolas sobre propiedades antiinflamatorias en la dieta y su papel en el envejecimiento saludable, halló que entre los alimentos que tienen el mayor porcentaje de polifenoles están:
Aceite de oliva extra virgen: es considerado uno de los antiinflamatorios más completos y eficaces. Está compuesto de kaempferol, oleocantal y luteolina.
Aceite de aceitunas: se trata de un gran antioxidante que retrasa el envejecimiento de la piel.
Romero: de este aceite se extrae el carnosol, un antioxidante muy eficaz que, aunque no es tan famoso, es un gran antiinflamatorio.
Estos alimentos pueden incluirse en la dieta de forma regular para ayudar a reducir el riesgo de inflamación crónica y sus complicaciones.