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El ambicioso proyecto de transformación digital del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS), valorado en $ 37,7 millones y adjudicado a la compañía estadounidense Healthbird, enfrenta nuevas dudas tras una visita realizada por un periodista ecuatoriano a las oficinas que la empresa registró en Miami, Estados Unidos.
Según relató el comunicador, al llegar a la dirección donde supuestamente opera Healthbird, no encontró ningún rastro de la compañía, actividad comercial o personal relacionado con la firma que el Gobierno ha presentado como la responsable de modernizar el sistema digital del seguro social en el país.
El hallazgo ha levantado cuestionamientos públicos y preocupación ciudadana, considerando que Healthbird es la empresa detrás de uno de los proyectos tecnológicos más grandes adjudicados por el Estado en 2025. La falta de información verificable sobre sus operaciones, trayectoria, personal técnico y capacidad instalada ha generado un intenso debate sobre la transparencia del proceso.
Preocupación por la millonaria inversión
El Gobierno ha defendido la contratación como un paso esencial para “transformar la salud del IESS”, ofreciendo una plataforma moderna que integre citas, historiales clínicos y procesos administrativos. Sin embargo, el descubrimiento de la ausencia física de la empresa en su sede registrada pone bajo la lupa la solvencia y existencia operativa de Healthbird.
Analistas en contratación pública advierten que este tipo de inconsistencias pueden representar señales de alerta, sobre todo en contratos millonarios relacionados con tecnología, donde la verificación de la capacidad técnica es un requisito indispensable.
El IESS aún no se pronuncia
Hasta el momento, ni el IESS ni los voceros oficiales del proyecto han ofrecido una aclaración sobre la situación reportada. Tampoco se ha informado si se realizó una verificación exhaustiva de la empresa antes de la adjudicación o si existe un equipo operativo real encargado del proyecto.
El caso se ha viralizado rápidamente en redes sociales, donde usuarios exigen transparencia, auditorías y explicaciones públicas, considerando los antecedentes de contratos fallidos o polémicos dentro del sistema de salud.
Lo ocurrido aumenta la presión para que las autoridades expliquen cómo fue seleccionada Healthbird, qué experiencia comprobable tiene y dónde se encuentran sus instalaciones reales.
