Hachi, el perro héroe de Puñay que salvó la vida de un niño en Chunchi

Hachi, considerado ya uno de los perros más famosos del país, permanece tranquilo en su hogar en la comunidad de Santa Rosa, en Chunchi, sin comprender que su instinto y nobleza ayudaron a salvar la vida de Lucas, un niño que estuvo perdido durante tres días en el cerro Puñay, en la provincia de Chimborazo.

Según relataron los familiares del menor, el pequeño abrazó a Hachi para protegerse del frío durante las noches en la montaña. El perro no es callejero; pertenece a la familia de Cristopher Angamarca, quienes lo rescataron cuando era apenas un cachorro, en noviembre de 2021, tras haber sido arrojado desde un bus y encontrado con sus patas fracturadas.

“Todo comenzó cuando mi abuelita esperaba el bus y arrojaron al perrito. Tenía las manitos rotas”, recordó la familia.

Hoy, Hachi convive con otros nueve perros en una vivienda humilde donde, aunque no sobra el dinero, nunca falta la comida ni el cariño. La familia Angamarca se sostiene con la venta de víveres, el pastoreo y el alquiler de equipo de montaña a turistas. En las últimas semanas han recibido ingresos adicionales por la notoriedad que ganó Hachi, aunque saben que será temporal.

Diana Molina, propietaria del can, contó que Hachi, Botón y Bengi son los perros que suelen acompañar a los visitantes al ascender el cerro Puñay, un sitio sagrado para los cañaris ubicado a 3.270 metros sobre el nivel del mar. Allí, los canes se han vuelto parte del paisaje turístico y cultural, recibiendo alimento y atención de quienes suben atraídos por la vista y los rituales que aún se practican en la cima.

Los comuneros han solicitado ayuda veterinaria, pues aunque los perros están acostumbrados a las duras condiciones del clima —que puede bajar hasta los cinco grados— requieren chequeos, vacunas y medicamentos. Hachi, por ejemplo, se recupera de una herida en su ojo, cuyo tratamiento es costoso.

Aun así, el perro héroe continúa mirando desde su hogar hacia el cerro Puñay, atento a los senderos y quebradas, esperando acompañar a nuevos turistas y, quizás, volver a demostrar por qué se ganó el cariño y admiración de todo un país.