La tranquilidad de la ciudadela Urdenor 1, en el norte de Guayaquil, quedó interrumpida nuevamente tras la clausura de una villa que, según denuncian los moradores, funcionaba como un espacio para fiestas privadas, encuentros íntimos y actividades irregulares.
El inmueble fue clausurado el martes 18 de noviembre por el Municipio de Guayaquil, que colocó sellos en la puerta principal e inició un expediente administrativo al identificar que el predio no contaba con tasas ni documentos habilitantes.
Cinco años de ruidos y movimientos sospechosos
De acuerdo con los vecinos, estos problemas no son nuevos. Afirman que desde hace cinco años conviven con ruidos, ingreso frecuente de vehículos y movimientos inusuales a cualquier hora del día.
La situación —dicen— empeoró desde hace siete meses, cuando la casa habría pasado a operar como un “motel clandestino”, con un alto flujo de personas durante el día y episodios incómodos en plena vía pública.
Una villa blindada y automatizada
El inmueble llamaba la atención por su estructura:
totalmente cercado,
con cámaras en cada ángulo,
acceso electrónico,
lo que generaba aún más inquietud entre los habitantes.
Un vecino colindante denunció también que se habrían adosado estructuras a su pared, ocasionando daños en su propiedad.
Denuncias previas sin respuesta
Aunque esta es la primera sanción formal reportada, los vecinos aseguran que ya habían denunciado la situación antes. El 30 de octubre presentaron un escrito respaldado por 60 firmas, pero señalan que la queja fue desestimada sin explicación.
Durante una inspección anterior, el propietario habría mostrado un certificado del Ministerio de Turismo. Ecuavisa intentó contactarlo para obtener su versión, sin éxito.
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