Los testimonios de varios exmilitares señalaron al coronel retirado Álvaro Quijano y a su esposa, Claudia Olivares, como figuras clave en este negocio, según la investigación. La señora Claudia y el señor Quijano son los que han manejado y han tergiversado nuestra profesión de militares para vendernos al mejor postor, dejando a la deriva allá a los soldados, dijo al canal Dante Hincapié, un sargento retirado con experiencia en el negocio de la seguridad.
El Gobierno de Sudán ha denunciado en varias ocasiones la presencia en ese país de mercenarios colombianos que combaten a favor de las paramilitares Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR) en el oeste de esa nación africana.
Este domingo, el primer ministro de Sudán, Kamel Idris, hizo un llamamiento en español al Gobierno, al pueblo de Colombia y a todas las comunidades hispanohablantes a que detengan el reclutamiento de mercenarios colombianos.
En un mensaje televisado, Idris instó a que Colombia contribuya al fin del asedio (por las FAR) de la ciudad de Al Fasher, capital de Darfur Norte y único bastión del Ejército sudanés en el oeste del país, poniendo fin al reclutamiento de mercenarios colombianos.
Según Hincapié, muchos de estos soldados han sido engañados y se encuentran en una situación de alto riesgo porque llegan a estos países sin tener una lectura clara de a quién le van a prestar su servicio.
Un negocio global
Además de la guerra de Sudán, centenares de mercenarios colombianos combaten al lado del Ejército de Ucrania contra los rusos, participaron en 2021 en el asesinato del presidente de Haití, Jovenel Moïse, y trabajan en equipos de seguridad en Emiratos Árabes Unidos.
En ese país del Golfo Pérsico tiene sede Global Security Services Group que, según la investigación, es una compañía con la que trabaja Quijano en el reclutamiento de los exmilitares colombianos.
Según Noticias Caracol, Quijano perteneció a las Fuerzas Especiales del Ejército colombiano, del que salió hace 15 años tras ser vinculado a investigaciones por supuestos nexos con narcotraficantes del suroeste del país.
Otro exmilitar que está en Sudán y que habló bajo la condición de anonimato, dijo que a los colombianos se les recluta mediante engaños porque le dicen a las personas que van para Emiratos, que a trabajar en petróleos, que van para Libia y las personas terminan en Sudán.
Lo que sabemos es que hay evidencia cada vez mayor sobre la asistencia que presta Emiratos Árabes Unidos a las Fuerzas de Apoyo Rápido, una de las partes en este conflicto en Sudán. Y como parte de ese apoyo estamos investigando el rol de mercenarios colombianos, dijo al programa el subdirector de la División de las Américas de Human Rights Watch, Juan Pappier.
Según Pappier, hay de más de 300 exsoldados colombianos que estarían en la zona, en particular en Darfur, que habrían llegado a partir de septiembre de 2024 y expresó su preocupación por informaciones que señalan que podrían estar involucrados en crímenes de guerra y graves abusos.
Sin embargo, una de las fuentes señaló al programa que ahora ya deben tener un tercer batallón de mercenarios en Sudán, lo que significa que debe haber dos mil hombres, por cada uno de los cuales el reclutador recibe mensualmente 1.500 dólares, además de la paga que se hace al mercenario.
El Gobierno colombiano es poco lo que puede hacer porque una vez los soldados dejan el Ejército, se pierde el control sobre ellos, según dijo a EFE una fuente del Ministerio de Defensa.
Por eso, ante el pedido del primer ministro sudanés, el presidente colombiano, Gustavo Petro, pidió este domingo en X detener el mercenarismo y que jóvenes exsoldados y exoficiales no se vendan para no morir en guerras ajenas.