En una exhibición de eficacia, de juego directo y precisión ante el gol, el West Ham dejó en evidencia al Brighton (1-3), que llegó al duelo de la tercera fecha con una trayectoria impecable en la Premier y que no pudo evitar su primera derrota del curso.
El conjunto de Roberto De Zerbi había prolongado las buenas sensaciones con las que transitó en la pasada campaña en el inicio de la presente temporada. Las victorias ante el Luton y el Wolverhampton le habían instalado en la parte alta de la clasificación.
En el conjunto local, el defensor ecuatoriano Pervis Estupiñán jugó durante los 90 minutos y fue uno de los futbolistas destacados del duelo.
Partía con todo de cara en el Amex Stadium el Brighton, que apuntaba a una tercera victoria seguida. Pero el partido se torció al menor contratiempo. El conjunto de David Moyes, que había empatado con el Bournemouth pero que ofreció un gran rendimiento en el triunfo contra el Chelsea, aprovechó cada ocasión.
Destacó, sobre todo, con el marcador a favor y los espacios que proporcionó la desesperación local. Y abrió la cuenta en el minuto 19 en una transición veloz que protagonizó el canadiense Michail Antonio, quien irrumpió en el área por la izquierda y envió un centro que aprovechó, a la segunda, James Ward Prowse, que batió a Bart Verbruggen.
Resistieron los visitantes, que mantuvieron el tipo ante el acoso del Brighton. A la hora de juego marcó el segundo el West Ham. Fue en un contraataque impecable. El balón largo le llegó al argelino Said Benrahma que se adentró en el área, aguantó la llegada de Jarrod Bowen que no perdonó.
El tercero fue cinco minutos después, en el 63. Juego directo. Saque largo del portero Alphonso Areola que recogió Jarrod Bowen, quien evitó que saliera por la banda. Levantó la cabeza y vio a Michail Antonio en la media luna. Allí envió el balón. El canadiense se revolvió, se deshizo de su marcador y en cuanto pudo cruzó el balón fuera del alcance de Verbruggen para sentenciar el partido.
No encontró el gol del Brighton hasta el tramo final. Tarde para sus intereses. Acortó distancias en el 81, cuando el alemán Pascal Gross recibió el balón del neerlandés Joel Veltman y ejecutó, desde fuera del área, un disparo raso, colocado al lado del palo que superó a Areola. No sirvió más que para maquillar el marcador y la primera derrota.