Mundo

En estas edades se aceleraría el envejecimiento cerebral

Los científicos han identificado 13 proteínas que pueden estar relacionadas con el envejecimiento cerebral y que algún día podrían ser el objetivo de tratamientos antienvejecimiento.

Sin embargo, los expertos dicen que se necesita más investigación para saber exactamente por qué estas proteínas están vinculadas al envejecimiento cerebral y si apuntan a soluciones específicas para enfermedades como la demencia.

En un nuevo estudio, los científicos analizaron imágenes de resonancia magnética (IRM) cerebrales de casi 11.000 personas de entre 45 y 82 años. Utilizaron las exploraciones para estimar la “brecha de edad cerebral” de cada participante, es decir, en qué medida su “edad cerebral” difiere de su edad cronológica.

El equipo determinó la edad cerebral de las personas utilizando inteligencia artificial para observar características fisiológicas específicas, como el volumen y la superficie cerebral. Esto reveló hasta qué punto sus cerebros estaban experimentando un envejecimiento acelerado.

A continuación, el equipo evaluó la concentración de aproximadamente 3.000 proteínas en la sangre de casi 5.000 de los participantes. La sangre conecta el cerebro con el resto del cuerpo, por lo que los cambios en la concentración de proteínas en la sangre deberían reflejar alteraciones similares en el cerebro.

En general, los investigadores identificaron 13 proteínas cuyas concentraciones en la sangre estaban significativamente asociadas con la edad biológica del cerebro. Las proteínas que estaban vinculadas a factores involucrados en el envejecimiento, como el estrés celular y la inflamación, aumentaron en la sangre a medida que aumentaba la edad biológica del cerebro. Mientras tanto, los niveles de proteínas que ayudan a mantener la función del cerebro, incluidas las involucradas en la regeneración celular, disminuyeron a medida que las personas envejecían.

De las proteínas que el equipo identificó, una conocida como brevican mostró uno de los vínculos más fuertes con la edad biológica del cerebro: disminuyó en concentración a medida que las personas envejecían, y esos números decrecientes mostraron una fuerte correlación con enfermedades como la demencia y el accidente cerebrovascular.

Se sabe que el brevican ayuda a las neuronas a comunicarse entre sí, por lo que este hallazgo respalda investigaciones anteriores que sugerían que la proteína podría actuar como un marcador mensurable para el desarrollo de enfermedades neurodegenerativas. Además, los científicos descubrieron que las concentraciones de las 13 proteínas alcanzaron su punto máximo en la sangre en edades cronológicas específicas: 57, 70 y 78 años. Esto podría reflejar “olas” de envejecimiento cerebral que podrían usarse como punto de referencia para orientar futuras intervenciones antienvejecimiento

Sin embargo, otros expertos han expresado su preocupación por apresurarse a llegar a tales conclusiones.

Los hallazgos de las “ondas cerebrales” no solo son “inesperados” sino que “van en contra de casi todo lo que se sabe sobre el envejecimiento cerebral”, durante el cual hay un declive continuo y gradual en la función cerebral y cambios asociados en las células, dijo Mark Mattson, profesor adjunto de neurociencia en la Facultad de Medicina de Johns Hopkins que no participó en la investigación.

También quedan muchas preguntas sobre el estudio.

“La correlación entre varias proteínas en muestras de sangre y un indicador basado en imágenes de resonancia magnética del envejecimiento cerebral es interesante”, dijo Mattson. “Sin embargo, no están claras las implicaciones de utilizar mediciones de los niveles sanguíneos de esas proteínas para diagnosticar disfunciones cerebrales o para desarrollar intervenciones específicas”.

El equipo reconoció varias limitaciones del estudio en su artículo. Por ejemplo, solo utilizaron datos de personas mayores que eran principalmente de ascendencia europea, porque sus datos se extrajeron de la base de datos del Biobanco del Reino Unido. Se necesita más investigación para ver si las proteínas fluctúan de la misma manera en individuos de diferentes razas y etnias, así como también cómo pueden cambiar a lo largo de toda la vida humana.

También se desconoce todavía de qué parte del cerebro provienen estas 13 proteínas, agregó Mattson. “Hasta que se establezcan los niveles de esas proteínas en el cerebro, no estará claro si realmente juegan un papel en el envejecimiento cerebral”, dijo.

Artículos relacionados