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Cada año, el Día Mundial del Alzheimer reúne a millones de personas, organizaciones y comunidades en un llamado global a la concienciación y la acción frente a esta enfermedad neurodegenerativa que afecta a cerca de 55 millones de personas en todo el mundo, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Bajo el lema de este año, «Nunca es demasiado temprano, nunca es demasiado tarde», la jornada busca resaltar la importancia de la prevención, el diagnóstico temprano y el apoyo continuo a quienes viven con Alzheimer y sus familias. La campaña recuerda que, aunque actualmente no existe una cura, la detección precoz y los cuidados adecuados pueden mejorar significativamente la calidad de vida de los pacientes.
En todo el mundo, se realizan actividades de sensibilización, charlas educativas, caminatas solidarias y encuentros comunitarios, con el objetivo de eliminar el estigma que aún rodea a las demencias y promover políticas públicas que fortalezcan el acceso a tratamientos y servicios de apoyo.
El Alzheimer no solo impacta a quienes lo padecen, sino que transforma profundamente la vida de sus seres queridos. «Acompañar a una persona con Alzheimer es un acto de amor y resiliencia diaria. La empatía y la paciencia son nuestras principales herramientas», comparte Marta García, cuidadora y voluntaria de una asociación de familiares de enfermos de Alzheimer.
Este día mundial invita a la reflexión colectiva y a la acción solidaria. A medida que la población envejece, el Alzheimer se perfila como uno de los mayores desafíos de salud pública del siglo XXI. La ciencia avanza, pero el compromiso social es igualmente fundamental para construir un futuro más justo y compasivo para las personas afectadas.
