La música tiene un impacto significativo en nuestra productividad laboral, y según estudios científicos, los estilos musicales que elegimos escuchar pueden influir directamente en la eficacia con la que realizamos nuestras tareas diarias.
Aunque escuchar música mientras trabajamos es una práctica común, el tipo de ritmo elegido depende muchas veces del estado de ánimo de cada persona. Sin embargo, la elección del género musical puede hacer una gran diferencia, dependiendo de la actividad que se esté llevando a cabo.
Yiren Ren, investigadora y compositora en la Escuela de Psicología del Instituto Tecnológico de Georgia, señala que la música tiene un poder considerable sobre nuestras emociones, recuerdos y la percepción del tiempo y el entorno.
Según Ren, la música puede alterar nuestro estado emocional en el momento y afectar cómo recordamos experiencias pasadas. La ciencia respalda esta idea, ya que diversos ritmos y melodías pueden potenciar habilidades cognitivas como la memoria y la concentración. Por otro lado, ciertos estilos musicales pueden generar el efecto contrario, disminuyendo la eficiencia cognitiva.
El neurocientífico cognitivo Thackery Brown también evalua cómo diferentes tipos de música impactan nuestra capacidad para aprender y recordar secuencias. En sus estudios, Brown concluyó que la música puede mejorar la claridad cognitiva, mientras que las composiciones atonales o impredecibles dificultan el procesamiento de la información.
La música ofrece dos escenarios principales, la predictibilidad y la novedad. Combinadas, estas características favorecen la organización mental y el procesamiento de los datos durante las tareas laborales. Por ejemplo, géneros como el jazz pueden estimular la atención y ayudar a mantener el interés en actividades que de otro modo resultarían monótonas.
Ren menciona que el jazz tiene un efecto positivo en la productividad. Durante su investigación, observó que este ritmo combinaba bien con su estado de ánimo, mejorando su atención y enfoque en el trabajo. Sin embargo, destacó que escuchar el mismo tipo de música constantemente podría disminuir el efecto novedoso, lo que a largo plazo reduce su impacto en la productividad.
Aunque la música puede ser una herramienta valiosa para potenciar las habilidades cognitivas, es importante elegirla con cuidado. Según expertos en neurología, géneros como el reggaetón, cuyo ritmo repetitivo puede generar distracción, no favorecen la claridad mental necesaria para realizar tareas complejas. En cambio, ritmos más variados y melodías que ofrezcan una cierta estructura predecible tienden a estimular la concentración y la eficiencia.
