Un informe del Adam Smith Center for Economic Freedom, de la Universidad de Florida, encendió las alarmas sobre la situación del Ecuador. Según el estudio, el país enfrenta tres riesgos críticos: político, económico y social, que deben ser abordados durante el Gobierno de Daniel Noboa antes de que escalen a niveles insostenibles.
Riesgo político: uno de los más altos de la región
El análisis ubica a Ecuador como el tercer país con mayor riesgo político de América Latina, con una calificación de 3,8 sobre 5, solo por debajo de México y Bolivia. Los factores clave son la baja confianza ciudadana en partidos y políticos, y una polarización creciente que se profundiza en cada proceso electoral.
Para el excandidato presidencial y exministro Henry Cucalón, la derrota del Gobierno en la consulta popular debe servir como advertencia:
“El No en la consulta fue un estate quieto. Tras la derrota, sería un error que Noboa no rectifique su gobierno”, afirmó.
Cucalón sostiene que el Ejecutivo debe dejar atrás la confrontación y abrirse al diálogo. Criticó especialmente el choque con la Corte Constitucional:
“El presidente se desgastó cuando puso como enemiga a la Corte. Eso no le sirvió ni a él ni al país”.
El analista cree que la ruta hacia la reconciliación debe impulsarse desde la Asamblea, donde el Gobierno todavía mantiene mayoría.
Riesgo económico: inversión extranjera mínima y empleo estancado
En el ámbito económico, la calificación fue de 3,15 sobre 5, ubicando a Ecuador como el sexto país con mayor riesgo en la región.
Aunque el desempleo se mantiene en 3,2 %, el subempleo alcanza al 20 %, un indicador que muestra la fragilidad del mercado laboral.
La inversión extranjera continúa en niveles bajos: en 2025 apenas llega a USD 276 millones.
Para Mónica Heller, presidenta de la Cámara de Comercio de Quito, el Gobierno debe priorizar totalmente la economía:
“Ecuador ya agotó el espacio para la política, ahora hay que ponerse a trabajar”, aseguró la empresaria.
Heller insiste en que Noboa debe enviar reformas laborales que impulsen el empleo y que, mientras llega capital extranjero, sectores estratégicos como la minería y el petróleo deben activarse para generar recursos:
“Ningún modelo cambia de la noche a la mañana. Primero necesitamos del petróleo y la explotación minera… son ingresos que el país necesita para invertir en productividad”.
Un llamado urgente a actuar
El estudio también advierte un riesgo social creciente —detallado en su evaluación general— que se suma a un ambiente político fragmentado y a una economía debilitada. Los expertos coinciden en que, si el Gobierno no actúa con rapidez y apertura, estos riesgos podrían transformarse en crisis mayores para el país.
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