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Día mundial de la banana: mitos y verdades de una fruta llena de energía

Cada 21 de abril se celebra el Día Internacional de la Banana y el Plátano. Esta deliciosa fruta posee propiedades que ayudan a mantener una excelente salud, ya que es rica en fibra y en hidratos de carbono simples y complejos.

La banana también aporta vitaminas A, C, B1, B2, B6, B9 (ácido fólico) y E. Por otra parte, en cuanto a los minerales, se encuentran el potasio, magnesio, hierro, selenio, zinc y calcio. La lista de beneficios incluye el contenido de triptófano, el cual se presenta como un aminoácido esencial que ayuda a nuestro organismo a producir serotonina, el neurotransmisor que genera sensación de bienestar, satisfacción o felicidad.

La banana es una de las frutas que más hidratos de carbono, contiene (23 g/100 g). Aproximadamente la mitad de estos hidratos de carbono son azúcares simples, como la fructosa (azúcar de las frutas), que son rápidamente absorbidos. La banana menos madura, de color verdoso-amarillo, contiene menos cantidad de azúcares simples y más cantidad de almidón resistente. El almidón resistente se digiere lentamente y actúa como fibra, porque se absorbe parcialmente en el intestino. En cambio, la banana más madura, de color amarillo-amarronado, tiene mayor contenido de azúcares simples y menor de almidón resistente. Es por esto que, las bananas menos maduras (o verdes) tienen menor índice glucémico que las bananas más maduras (amarillas-amarronadas).

Es obvio que el sabor, la textura y el color de las bananas cambian a medida que maduran. Por esa razón, todo el mundo parece tener su propia idea de lo que realmente es la banana perfecta. Pero, ¿sabías que su contenido nutricional también cambia a medida que envejecen?

Se recomienda consumirla cruda y menos madura porque a menor maduración, mayor contenido en almidón resistente; que actúa como fibra contribuyendo a prevenir el estreñimiento o la constipación y otras enfermedades.

¿La banana engorda?

Vamos a empezar por la falsa creencia de que la banana engorda. No sólo no es así, sino que te diría que además es el complemento ideal para cualquier plan de descenso de peso. ¿Sabés por qué? Porque aporta nada más que 90 calorías cada 100 gramos.

O sea, una banana mediana tiene el mismo valor calórico que una manzana, pero te da mucha más saciedad por el contenido de fibra, de fructooligosacáridos que tiene. Además, como todas las frutas, tiene una parte de agua, vitaminas, minerales y antioxidantes.

La banana aporta nutrientes que son conocidos como promotores del sueño, entre ellos el magnesio y el potasio. Estos minerales son relajantes musculares naturales. Su efecto sedante es clave para dormir profundamente y entrar en las fases de sueño más avanzadas, aquellas en las que tu cuerpo aprovecha para restaurarse y renovarse.

Esta fruta es, además, una gran fuente de carbohidratos, que ayudan a conciliar al sueño al activar el triptófano, el aminoácido que produce la melatonina.

Además, como si todos estos beneficios no alcanzaran, te la recomiendo para esos días eternos en los que necesitas mucha energía y vas a tener poco tiempo. La podés guardar en el bolso porque no tenés que lavarla y no necesita refrigeración.

El consumo frecuente es esencial debido a lo siguiente:

  • Contribuye a promover la buena circulación de la sangre.
  • Actúa como protector de las úlceras del estómago y de la mucosa intestinal.
  • Favorece el buen funcionamiento del sistema nervioso y previene la ocurrencia de calambres musculares.
  • Por su contenido de ácido fólico, es fundamental durante el embarazo.
  • Mejora el estado de ánimo y las depresiones leves.
  • Favorece el buen funcionamiento de la memoria.
  • Combate la anemia, y esto se debe a su contenido en hierro.
  • Mejora la relajación muscular y su recuperación después de desarrollar actividad física.
  • Gracias a su contenido en zinc, evita la caída del cabello y favorece la buena salud de la piel.

Esta fruta se encuentra especialmente recomendada para las personas que realizan deporte o que son muy activas -tanto mental como físicamente-; por tal motivo, se sugiere incorporarla en la alimentación habitual de niños y adolescentes.

Se puede consumir banana en el desayuno, en la merienda o como colación. En cuanto a preparaciones, se puede consumir en licuados (con agua o leche), en ensaladas de frutas, cortada en trozos sobre tostadas, cortada en trozos sobre panqueques, con yogur y cereales, en galletitas, en budines, etc.

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