La Navidad está a la vuelta de la esquina y, con ella, una de las tradiciones más arraigadas en esta época: el armado del pesebre o belén. Esta práctica, que se remonta a la Edad Media, tiene un significado especial para los cristianos, ya que representa el nacimiento de Jesús, el hijo de Dios.
Tradicionalmente, el pesebre se arma el día 8 de diciembre, fiesta de la Inmaculada Concepción de María. En ese día, se colocan las figuras principales del pesebre: la Virgen María, San José, los pastores, los animales y la estrella de Belén. El Niño Jesús se coloca el 24 de diciembre, la noche de Navidad, y los Reyes Magos, el 6 de enero.
En el nacimiento es imposible que falte el portal que cubre a Jesús, a sus padres, a la mula y al buey. Tampoco la figura del ángel Gabriel y el Ermitaño, que representa el encuentro espiritual con Dios.
Significado de los elementos del pesebre
La estrella de Belén: Simboliza la fe y representa la guía que llevó a los Reyes Magos al lugar del nacimiento de Jesús.
El pesebre: Allí se encuentran el Niño Jesús, la virgen, José, la mula y el buey. El niño es la imagen principal del pesebre y está en el centro; a su izquierda va María con el buey atrás y a la derecha José con la mula a sus espaldas. La virgen significa fidelidad y amor a Dios; José, obediencia y fortaleza, reseña El Heraldo.
Pastores: Representan a las personas humildes que fueron las primeras en visitar al niño Jesús.
Reyes Magos: Simbolizan, según la tradición cristiana, a todas las personas del mundo, sin importar su origen, etnia o religión.
Ángel Gabriel: Esta imagen busca recordar el anuncio del nacimiento de Jesús.
Los animales: representan la naturaleza y la creación de Dios.