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El Tribunal de la Corona de Bournemouth condenó a 18 meses de prisión a Luke Yarwood, de 36 años, tras comprobarse que incitó al odio racial mediante dos publicaciones violentas en la red social X. Aunque los mensajes solo se visualizaron 33 veces, el juez determinó que su contenido constituía un riesgo real por su potencial para provocar disturbios y ataques contra inmigrantes.
Las publicaciones fueron realizadas luego de un atentado vehicular registrado en un mercado navideño en Magdeburgo, Alemania, en diciembre de 2024. En el primer mensaje, Yarwood llamó a acudir a hoteles donde se alojan inmigrantes para “quemarlos hasta los cimientos”. En un segundo texto, pidió a los británicos “unirse y comenzar la matanza”, proponiendo incendiar hoteles y atacar viviendas de parlamentarios y el Parlamento.
El caso llegó a manos de la policía después de que el propio cuñado del acusado denunciara las publicaciones, en medio de una disputa familiar. Durante el juicio, la defensa argumentó que los mensajes no tuvieron alcance significativo, calificándolos como “desvaríos impotentes” de un hombre aislado socialmente y en un momento de estrés personal, sin consecuencias reales. También sostuvo que Yarwood ya no mantenía esas posturas.
La fiscalía, por su parte, afirmó que el contenido tenía la capacidad de incitar a disturbios, especialmente en hoteles que alojan solicitantes de asilo en Bournemouth, y que formaba parte de un patrón de mensajes antiinmigrantes y antimusulmanes publicados entre diciembre de 2024 y enero de 2025. Este caso fue comparado con procesos previos que han generado debate en el Reino Unido sobre los límites legales del discurso de odio frente a la libertad de expresión.
Durante la sentencia, el juez Jonathan Fuller calificó los mensajes como “extremadamente odiosos” y subrayó que estaban diseñados para fomentar la violencia racial. Destacó que la libertad de expresión, aunque fundamental, no es absoluta y que la ley británica prohíbe de manera explícita la incitación al odio racial.
El fallo se enmarca en un contexto europeo donde los discursos xenófobos en redes sociales han sido objeto de mayor escrutinio, y reabre la discusión en torno al equilibrio entre derecho a la expresión y protección de grupos vulnerables.
