Además de las fuentes solares y eólicas, el colegio cuenta con un biodigestor que convierte residuos orgánicos en biogás. Este sistema recoge desechos de la cocina y de la granja del colegio, como restos de alimentos y estiércol de animales, que son procesados para generar metano.

“El biodigestor funciona con un proceso simple que combina agua, material orgánico y bacterias descomponedoras. El gas producido actualmente alimenta una cocina con fines académicos, pero la meta es ampliar su uso para cubrir más necesidades energéticas del colegio”, indicó Procel.

Este tipo de tecnología, además de ser una solución sostenible, permite a los estudiantes aprender de manera práctica sobre el manejo responsable de los residuos y la generación de energía limpia. “Es un proceso que incluso podría replicarse a nivel doméstico”, agregó el docente.

Este colegio promueve proyectos de siembra, reciclaje y ahorro energético. “Más del 45% de nuestras familias tienen huertos en casa. Los estudiantes aplican lo que aprenden aquí y comprenden la importancia de devolverle al planeta lo que nos entrega”, comentó Ponce.

La capacidad del Colegio Johannes Kepler para generar el 90 % de su electricidad lo ha convertido en un ejemplo, especialmente en momentos en que la crisis energética evidencia la necesidad de apostar por alternativas sostenibles.

“Estas acciones no las emprendemos hoy, vienen desde el primer año de vida institucional del colegio. Somos un campus que busca la autosustentabilidad y que educa a sus estudiantes en el respeto al planeta”, concluyó Ponce.

Existen varias instituciones educativas que también han implementado sistemas de generación eléctrica por medios sustentables. Por ejemplo, el colegio Alemán, tiene la capacidad de generar el 100 % de la electricidad que necesitan, pero esta generación es entregada al sistema eléctrico de la capital.

Un pequeño listado de colegios fiscales también tiene instalado paneles solares, pero se conoce que actualmente no están en funcionamiento, son paneles que se mantienen sin uso, por falta de gestión, según información reservada entregada a este Diario.