Ecuador

Cinco provincias concentran el 83% de los asesinatos en Ecuador y forman el corredor clave del crimen organizado

El mapa de la violencia en Ecuador tiene un epicentro claro: Guayas, Los Ríos, Manabí, El Oro y Esmeraldas. Estas cinco provincias concentran el 83% de los asesinatos del país y comparten una característica determinante: son parte del corredor criminal usado por bandas, mafias y cárteles para movilizar cocaína, armas, contrabando y abastecer operaciones de minería ilegal.

Este entramado explica por qué la violencia se ha arraigado en sectores como Guayaquil y gran parte de la Costa. La tarde del lunes 24 de noviembre, esa realidad volvió a manifestarse. Alrededor de 30 disparos irrumpieron en el barrio La Pradera 1, donde sicarios que se movilizaban en un vehículo ejecutaron al conductor de otro auto. Una mujer que viajaba como copiloto resultó herida y salió ensangrentada del vehículo.
Testigos relataron que los atacantes llegaron al sitio minutos antes, se ubicaron estratégicamente y huyeron apenas consumado el atentado.

Guayas lidera la lista de las zonas más violentas

Las cifras oficiales revelan la magnitud del problema:

  • Guayas: 44% de todos los asesinatos del país

  • Los Ríos: 13,9%

  • Manabí: 13,9%

  • El Oro: 7,7%

  • Esmeraldas: 3,5%

En total, 6 742 asesinatos —ocho de cada diez— ocurrieron en estas cinco jurisdicciones. Además, el 95% está vinculado directamente a amenazas criminales asociadas al tráfico de drogas.

Un corredor criminal con rutas terrestres, marítimas y portuarias

De acuerdo con análisis del Ejecutivo, estas provincias poseen características que facilitan el accionar de las organizaciones delictivas:

  • Rutas terrestres y portuarias claves para el tránsito de cocaína de Colombia y Perú hacia Europa, principalmente en contenedores y narcolanchas.

  • Circuitos de tráfico de armas que abastecen a las bandas locales.

  • Contrabando de combustible que sostiene la maquinaria utilizada en la minería ilegal, considerado hoy uno de los negocios más rentables para las organizaciones.

En muchas de estas zonas, incluso bajo militarización, la violencia no disminuye, sino que se desplaza hacia cantones aledaños, donde operan redes de control territorial.

Estados de excepción sin resultados contundentes

Las cinco provincias han sido escenario de estados de excepción consecutivos, declarados por el presidente Daniel Noboa desde enero de 2024, cuando anunció un conflicto armado interno contra las organizaciones criminales.

A pesar de estas medidas, la violencia continúa en ascenso. En 2025, el país registra un promedio de un asesinato por hora, un indicador que evidencia que la escalada criminal no cede pese a los operativos y despliegues de seguridad.

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