Una organización transnacional dedicada al tráfico de sustancias sujetas a fiscalización, que operaba entre Colombia y Ecuador, fue desarticulada tras una acción desarrollada en Tababuela (Imbabura) por canes antinarcóticos que detectaron 164 paquetes tipo ladrillo con cocaína prensada ocultos en tres rodillos metálicos, aparentemente compactos, que eran transportados en un camión desde Tulcán.
El conductor ecuatoriano y el acompañante de origen colombiano intentaron burlar el control del Centro Integrado de Policía en el límite entre Carchi e Imbabura, haciendo creer que llevaban chatarra o piezas industriales en desuso hacia el interior del país.
El novedoso sistema no confundió a los efectivos del Centro de Adiestramiento Canino de Imbabura, que al notar la sospechosa carga y cierto nerviosismo en los ocupantes obligaron al conductor a detener la marcha del automotor.
Según las autoridades policiales se trató de cocaína, que era movilizada camuflada en el interior de los tres cilindros metálicos, que a simple vista eran impenetrables y eran transportados para reutilizaros y aprovecharlos.
Los macizos y pesados rodillos fueron cercenados con equipos de siderurgia, como esmeriles y otros elementos, que permitieron realizar cortes a los pesados hierros y descubrir, una vez serrado (cortado) el metal, 164 kilos de clorhidrato de cocaína en el interior de las tres aplanadoras.
La droga se presume habría sido enviada desde los laboratorios de procesamiento que operan en la selva del suroccidente colombiano, en los departamentos de Nariño y Putumayo, frente a Carchi, Esmeraldas y Sucumbíos.
Para los investigadores antinarcóticos es un nuevo sistema de envíos que busca desplazar al tradicional tráfico que se realiza en medio de dobles fondos de camiones que transportan papas o verduras, desde la provincia de Carchi.
Xavier Cobos, jefe antinarcóticos de Imbabura, indicó que tras este decomiso considerable de “coca” efectuado el pasado domingo, 24 de noviembre, fueron detenidos el conductor de nacionalidad ecuatoriana, Pompillo L., de 58 años, y el acompañante, el colombiano José M., de 37. Además resultaron inmovilizados el camión y un celular.
El suceso activó a la Policía de Imbabura, que realizó un intercambio de información con sus similares de Colombia. Aquello alertó a la Policía de Nariño, que realizó en Pasto (Colombia) un operativo en varios sectores, por lo que se descubrió un camión con similares piezas que iban a ser enviadas hacia territorio ecuatoriano como material metálico reciclado.
La coordinación binacional posibilitó el pasado lunes, 25 de noviembre, la captura en esa ciudad fronteriza (Pasto) del ciudadano colombiano Eiver Miguel O. F., quien sería parte de una organización narcodelictiva que opera en ambos países.
Las investigaciones señalan que la droga tenía como destino Machala, en la frontera sur, y que la acción policial sacó del tráfico internacional 1′644.560 dosis de este tipo de estupefaciente, valorado en Ecuador en $ 500.000 y en $ 11 millones en Estados Unidos.
Los sistemas de inteligencia de las Policías de Carchi e Imbabura coinciden en que los vehículos utilizados para el trasporte de drogas vienen siendo adaptados en mecánicas clandestinas que operan en la ruralidad de Carchi y Nariño (Colombia).
Allá, mecánicos aliados a estos negocios ilegales construyen los dobles pisos en los cajones de carga o caletas en las carrocerías de los camiones que supuestamente transportan papas o verduras y en estos compartimientos esconden el alcaloide.
Ha trascendido que en varias poblaciones rurales de Julio Andrade y El Carmelo, en Carchi, así como en otras jurisdicciones fronterizas colombianas, son transformados los vehículos por hábiles mecánicos que les hacen diversas adaptaciones para esconder el alijo.
Los estamentos policiales, militares y aduaneros manifiestan que hay nuevas rutas y trochas en el límite internacional, que son utilizadas por estos grupos delictivos. Reconocen además que la fuerza pública cierra o destruye un puente o camino no autorizado, pero que inmediatamente contrabandistas, traficantes y comuneros responden abriendo dos trochas o más ductos.
Vinicio Vivanco, comandante de la Brigada Andes, corrobora que los traficantes de migrantes, drogas, armas, moneda falsa, explosivos, entre otros, cometen estas fechorías movilizándose por 75 pasos no permitidos que unen a ambas naciones, los cuales han sido identificados por el Ejército ecuatoriano.