La presidenta de la Cámara de Minería de Ecuador (CME), María Eulalia Silva, hizo esté lunes responsables a los colectivos ambientalistas de las consecuencias negativas que pueda traer la prohibición de toda actividad minera en el Chocó Andino, tras salir favorable el plebiscito votado este domingo que proponía este veto.
Con casi la totalidad de los votos escrutados, el «Sí» a prohibir la minería artesanal, pequeña, mediana y a gran escala se impuso con un 68%, en una rotunda victoria frente al 31% que votó por el «No».
Silva afirmó que la prohibición de topo tipo de minería en el Chocó Andino no es la solución para proteger el medio ambiente de esta zona, un espacio de 287.000 hectáreas de bosques andinos catalogado desde 2018 como reserva de la biósfera por la Unesco, una categoría que busca la armonía entre la conservación y el desarrollo de actividades económicas.
«Los resultados nos preocupan porque esta decisión de prohibir una industria formal, lejos de proteger al Chocó, va a pasar todo lo contrario. Va a ser un territorio mucho más vulnerable para la penetración de minería ilegal, de tala ilegal, de tráfico de especies», comentó Silva.
En ese sentido, la presidenta de la CME apuntó que esta decisión no contribuye a la conservación de la zona, sino que, a su juicio, lo que hace es privar a la población del Chocó Andino, compuesta de casi 20.000 habitantes, de una actividad que puede generar desarrollo y reducir la pobreza de la zona.
«Nosotros hacemos responsables a los colectivos que llevaron a cabo esta iniciativa de las consecuencias nefastas que pueda tener para el ambiente y también para la gente», dijo.
Según Silva, gracias a eso Zamora Chinchipe, provincia limítrofe con Perú, «ha sido desde 2019 la única de las 24 provincias de Ecuador que ha podido reducir en 13 puntos la pobreza en esa misma zona, mientras que la escolaridad también ha subido, porque la gente ya tiene más posibilidades».
La presidenta de la CME manifestó que no tiene dudas de que la minería responsable terminará aprovechando el potencial de Ecuador, como ya hacen Canadá y Australia, países donde, dijo, la minería ha respetado al medio ambiente y a los pueblos ancestrales.
«Han encontrado en el camino la forma de construir esa confianza, pero es posible. Demandará tiempo y esfuerzo, pero es posible hacerlo», concluyó Silva, que reconoció que la minería «no es la panacea, pero sí es una alternativa sobre la cual se puede seguir construyendo otras alternativas».
Fuente: Ecuavisa