Alausí, en lenguaje cañari significa “cosa de gran estima y querida”, fue fundada por los españoles el 9 de junio de 1534, con el nombre de San Pedro de Alausí, en honor al santo del día.
En las luchas libertarias del Ecuador, hizo Alausí constante presencia y apoyó a todos los pensamientos emancipadores, en particular expresó su solidaridad y soporte cuando Guayaquil, progresista ciudad con la cual mantenemos fraternas lazos de identificación, valientemente resolvió independizarse del dominio español el 9 de octubre de 1820, ejemplo que la milicia alauseña aprovechó para secundar el acto y el 13 de noviembre de 1820 se proclama su independencia política, nombrando de inmediato a sus autoridades y como su corregidor a José Antonio Pontón, hijo preclaro que tuvo participación en los diferentes campos de batalla por la independencia ecuatoriana.
San Pedro de Alausí, desde el año 2004 ostenta la declaratoria de Patrimonio Cultural del Ecuador, por su particular arquitectura, exposición de caracteres y tradiciones de la Sierra y Costa ecuatorianas, aspectos que la distinguen corno uno de los atractivos turísticos del país; en el 2019 es incorporado al Programa Pueblos Mágicos del Ecuador, distinguido como “Cantón de los Cinco Patrimonios”, por exteriorizar: turismo cultural, natural, arqueológico, ferroviario y arquitectónico.
Desde el arribo del ferrocarril en 1902, Alausí es la reseña e historia de esta monumental obra, base del desarrollo social y económico de todas las poblaciones del trópico y serranía por donde cruzaba. En la actualidad, por la negligencia e indiferencia de los gobiernos de turno, prácticamente está desaparecido, aunque ante la memoria del Ecuador y del mundo es recordado por la belleza natural y arquitectónica, es apreciado como el “tren más difícil del mundo”, mantiene como su símbolo a la Nariz del Diablo, señalada como Monumento Civil y Patrimonio Histórico Testimonial Simbólico.
La alegría de los 202 años de independencia para los alauseños de nacimiento o de corazón se complementaría si los estamentos gubernamentales cumplieran el ofrecimiento de la construcción del hospital, una antigua necesidad ya regional, así como el mantenimiento de la carretera El Triunfo-Huigra-Alausí, importante arteria vial interprovincial, que permanece en el descuido y abandono.
De quienes residen permanentemente en la cabecera cantonal y parroquias, conviene alcanzar el compromiso de desistir de intereses y egoísmos para que juntos laboren por un Alausí de mejor suerte, que al elegir a sus dignatarios sean los adecuados, para evitar más desengaños en las aspiraciones de la matriz y sus diez parroquias.