Ecuador

3,4 millones de ecuatorianos están excluidos del sistema financiero

Un total de 3,4 millones de ecuatorianos están excluidos del sistema financiero, ya sea porque no acceden a productos como cuentas bancarias, tarjetas o créditos, o porque, teniéndolos, no los utilizan. Así lo revela un informe de la Red de Instituciones Financieras de Desarrollo (RFD), que analiza los niveles de bancarización e inclusión financiera en el país.

Según el estudio, 10,4 millones de ecuatorianos poseen al menos un producto financiero, pero solo nueve millones los usan de forma activa. Esta brecha refleja un problema de subutilización, especialmente evidente en los medios de pago. Por ejemplo, aunque el 60 % de la población adulta tiene una tarjeta de débito, solo el 32 % la utiliza regularmente. Lo mismo ocurre con las tarjetas de crédito: el 31 % de los ecuatorianos las tiene, pero apenas el 15 % las usa.

El uso de herramientas digitales ha tenido un ligero repunte. Las aplicaciones móviles de instituciones financieras crecieron del 10 % al 15 % entre 2023 y 2024, lo que indica un avance en la digitalización del sector. No obstante, Valeria Llerena, directora ejecutiva de la RFD, advierte que aún «casi un 27 % de la población no usa productos financieros», lo que mantiene altos niveles de exclusión.

El acceso al crédito también refleja cifras preocupantes. Solo 3 de cada 10 ecuatorianos acceden a préstamos formales, lo que empuja a muchos hacia mecanismos informales de financiamiento.

De acuerdo con datos del Banco Central del Ecuador, en 2024 se registraron USD 43 861 millones en operaciones activas de crédito, de los cuales USD 34 276 millones correspondieron al sector privado. Sin embargo, el ente reconoce que hubo una política más restrictiva, especialmente en el segmento de microcrédito.

Además, el informe señala que cerca de dos millones de ecuatorianos han quedado fuera del sistema financiero tras haber caído en mora o incumplido con el pago de sus deudas. Esta situación agrava la exclusión, ya que limita su capacidad de acceder nuevamente a productos crediticios o bancarios.

Entre las recomendaciones del estudio están incorporar educación financiera en la malla curricular del sistema educativo y promover una mayor oferta y comunicación de productos financieros por parte de las instituciones, con el fin de fomentar una verdadera inclusión financiera y reducir la dependencia del sector informal.

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