Una acción marítima realizada por el Bloque de Seguridad evitó que más de 1,5 toneladas de droga llegaran a México y Centroamérica. La acción tuvo lugar en las costas de Santa Elena, donde agentes de la Policía Nacional ejecutaron la denominada Operación Amanecer.
La lancha tipo fibra, interceptada en altamar, transportaba 32 sacos de yute que contenían alrededor de 1 500 bloques de sustancias sujetas a fiscalización. Además, se detuvo a dos personas implicadas por el delito de tráfico de drogas.
Según información policial, el cargamento había sido camuflado con objetos propios del entorno marino para intentar evadir los controles: bidones azules, artefactos para pescar, boyas y otros implementos. Sin embargo, los sacos de yute, de forma cuadrada, color negro y con cintas verdes uniformes, llamaron la atención de los agentes marítimos, lo que dio paso a una inspección más profunda.
Durante la operación también se encontraron indicios clave del intento de tráfico internacional. Entre ellos: un teléfono satelital, 26 bidones de combustible y dos radios boyas, artefactos comúnmente utilizados en rutas de narcotráfico para rastrear cargamentos en el mar.